Tras la vendimia, el proceso de fermentación y el envejecimiento en barrica, llega uno de los momentos más importantes para el vino: la maduración en botella.
Durante este proceso nuestros vinos se acaban de desarrollar y ganarán complejidad y matices.
La temperatura y la humedad han de estar controladas, aquí juega un papel muy importante la bodega, su arquitectura, su climatización y el resguardo de la luz.
La porosidad del corcho es esencial, debe permitir una buena oxigenación para que el vino respire, y aunque el intercambio de gases entre el exterior y el interior del vidrio pueda parecer ínfimo, juega un papel muy importante.
Cada proceso, cada elemento que intervenga en nuestra producción desde su inicio a su fin, está controlado para dotar al caldo de la máxima calidad.
En nuestra bodega, cuidamos este proceso con dedicación y mimo para ofrecerte unos vinos únicos.
Encina Blanca de Alburquerque.